Inaugurada en 1876, la primera juguetería y confitería de Lynchburg fue operada por la familia Bragassa. El edificio de la juguetería Bragassa es en sí mismo un ejemplo un poco alterado de la sencilla arquitectura comercial italiana que una vez definió tantos centros urbanos estadounidenses. Italianos de nacimiento, los Bragassa se asociaron con el negocio de los juguetes y los dulces ya en 1858. En 1871 Francisco Bragassa compró parte de la propiedad del Seminario Femenino de Lynchburg y construyó el edificio actual en 1875. La tradición familiar sostiene que el escaparate tenía las primeras vidrieras de Lynchburg. Los dulces de la Sra. Bragassa eran famosos en toda la ciudad, y la tienda era un lugar de reunión popular para los niños del vecindario. Propiedad de los Bragassa hasta 1987, el edificio, un vínculo nostálgico con tiempos más simples, es ahora la sede de la Fundación Histórica de Lynchburg.